viernes, 7 de noviembre de 2008

“LINIERS ES TODO EN MI VIDA"

Si hablamos de Liniers, hablamos de Adrián Echeverría. Cumplidos 100 años de vida, quien mejor que el arquero del Chivo para hablar de la actualidad del equipo de Avenida Alem. El referente máximo del plantel en los últimos tiempos, conversó durante más de una hora con Atico y dejó sus sensaciones acerca del momento que vive el club y su andar por el Argentino B y la Liga del Sur. En una charla imperdible, el “Cabezón” repasó toda su carrera como futbolista, opinó acerca del momento por el que atraviesa el fútbol y dijo que todavía no piensa en el retiro.

Teniendo en cuenta los dos torneos (Liga del Sur y Argentino B), ¿cómo ves al equipo?
Bien. El arranque no fue bueno, hay que seguir trabajando y hay que tratar de mejorarlo. Cuando se tiene un arranque malo, empiezan a llover los problemas de todo tipo entonces hay que trabajar y hacer lo mejor posible para salir de esta situación.

¿Complica jugar dos torneos a la vez?
Si, nos complica. Se dio que, justo cuando tenemos que estar más afilados para arrancar el Argentino, en la última parte del torneo de la Liga nos desinflamos y, quizás si hubiésemos hecho las cosas diferentes, hoy estaríamos hablando de que estaríamos primeros, con un mejor arranque en el Argentino pero las cosas se dieron así. Ahora uno habla porque las cartas están echadas. Ya las cosas se dieron y esto nos tiene que servir como experiencia. Ahora hay que ponerle el pecho, laburar y tratar de levantar.

¿Hacen más hincapié en alguna de las competencias?
No, porque creo la manera de trabajar del cuerpo técnico fue tratar de hacer las cosas lo mejor posible. Le fue dando descanso a algunos jugadores o sacó a algunos para hacer la pretemporada para el otro torneo y nos salió mal. La cuestión es que se trató de darle la misma importancia tanto al torneo local como al Argentino y las cosas salieron mal.

Por donde pasan las falencias de Liniers, ¿por lo anímico o por lo futbolístico?
Creo que este momento es todo un conjunto. No se está jugando bien, eso al jugador lo desmotiva y lo afecta también en lo físico. Uno está acostumbrado a estar en los puestos de arriba y perder tan feo como se perdió con Bella Vista en el torneo local (fue 0-3), eso fue un cachetazo muy duro que hizo mella en el equipo y eso se nota. No queda otra, hay que levantarse, hay que mejorar. Yo creo que con trabajo, poniendo un poquito más de actitud y tirando para el mismo lado se puede.

Liniers cumplió cien años, ¿qué significa en tu vida el club?
Todo. Yo estoy desde que tenía diez años en el club, tengo cuarenta y dos y he pasado toda la vida acá. En estos momentos estoy jugando, estoy trabajando con las divisiones inferiores y dando una mano con los arqueros de las divisiones infantiles. Estoy casi todo el día en el club. Mi vida pasa por estar con mi familia, por estar en casa pero cuando no estoy en casa estoy en el club.

¿Donde buscás la motivación para seguir en el arco de Liniers?
La motivación creo que te la dan los compañeros. Por supuesto que uno todavía tiene ganas de seguir porque me parece que le sigo dando cosas al equipo y porque no estoy haciendo papelones. Creo que cuando los haga voy a ser el primero en darme cuenta y dar un paso al costado. Te motiva mucho tener buenos compañeros, que te hagan sentir bien. En este momento estoy jugando con algunos chicos que hace años los dirigí y te hacen sentir bien, sentís que no tenés la edad que tenés porque estás en el grupo con ellos. Te tratan como uno más, se prenden en las jodas y cuando les vas a hablar en serio te escuchan y te hacen sentir que sos un referente.

¿Pensás en el retiro?
Si desde hace diez años se piensa en el retiro pero uno vive el día a día y siempre cree que puede dar un poquito más. Lo difícil de esto es que tenés que rendir examen todos los días y los domingos más, porque te hacen un gol tonto y dicen que estás viejo, que te faltan reflejos, que ya no entrenas de la misma forma pero si las cosas van bien sos un fenómeno, que experiencia. Es difícil. Cada vez se va haciendo más complicado porque cuando tenía menos años podía soportar eso pero estar en arco y sentir que la gente de tu propio club critica a tus compañeros es difícil y a veces tratas de ponerle la buena voluntad pero cada vez se complica más.

Recién nombrabas a los chicos jóvenes con los que compartís plantel, que quizás cuando vos empezaste recién nacían, ¿cómo hacés para transmitirles la motivación a los chicos que hoy en día juegan más a la Play o ven poco fútbol?
Se trata de enseñarles, de que tomen el ejemplo de uno. Yo estuve lesionado en las últimas semanas, no entrenaba, estaba haciendo kinesiología pero en el horario de entrenamiento estaba, iba a la carrindanga, me sentaba en el banco y hacía presencia para que el pibe vea que el día de mañana si él está lesionado también tiene que venir. Para mi ese es un día de entrenamiento y tengo que cumplirlo. Creo que desde ese punto, les estoy dando un ejemplo aunque no me gusta decir ejemplo porque tengo defectos y virtudes como todos. Lo hago para que el día de mañana no me critiquen y me digan vos hacés lo que querés y no es así. Soy como todo futbolista y si puedo sacar ventaja lo haré y sino acataré lo que diga el técnico.

¿Cómo llegaste a Liniers?
Yo llegué porque mi hermano jugaba en el club. Él es dos años más grande y yo iba atrás de él. Un día fui a verlo jugar, en el otro equipo faltó uno y eran 21. Me preguntaron, dije que si, faltaba un arquero y me mandaron a mí. No hice mal las cosas en ese momento. Siempre me gustó ser arquero pero ese día mi hermano me quemó. Yo no quería atajar porque eran todos más grandes que yo (chicos de 12 o 13 años). No me fue mal porque me invitaron a ir porque había un solo arquero en el plantel y participé del equipo. No te voy a decir que siempre fui un relojito, no siempre fui el primero en ir a entrenar y el último en irme porque hubo momentos, cuando tenía 14 o 15 años, dejé de ir a Liniers porque me había revelado, porque no quería jugar, porque no quería entrenar. Cosas de adolescente, que la noviecieta, que la amiguita pero en su momento me di cuenta que podía seguir y podía dar una mano. En el puesto que estoy yo, uno tiene más vida que un jugador de campo y me di cuenta que lo podía hacer y mientras lo pueda seguir haciendo lo haré. No hice ni más ni menos que lo que hace cualquier chico y tuve la suerte de debutar en Primera con catorce años, cosa que ahora no se puede porque hay más cantidad de chicos, más jugadores jóvenes y es más difícil. En aquella época se traía gente de afuera y si les iba mal se iban a mitad de campeonato y quedaban los del club. Me tocó debutar a los 14 años y algunas condiciones tenía si no hoy no estaría jugando.

¿Te acordás de ese día, quién te hizo debutar?
Me hizo debutar Rodolfo Carapella. Yo con catorce años no entendía nada, me dijeron tenés que ir el domingo al banco y fui. Para mi era como ir a jugar un picado, no tenía problema. Pero cuando fui a la cancha era ir y mirar el partido de adentro. En una jugada nuestro arquero sale lejos, hace un penal, le protesta al árbitro y lo expulsan. Yo seguía en el banco, la inocencia de un chico de catorce años, ni me daba cuenta que tenía que entrar a la cancha, ni me levanté. El técnico, que normalmente estaba suspendido, desde la platea en la cancha de Liners me gritó “dale Adrián que entrás vos”. Me levanté, corrí un poquito, fui al arco, patearon el penal y gol. Valla invicta cero, ni un minuto duré, sonó el silbato y gol. Debuté el 8 de Septiembre del ´80 y, años más tarde, mirando las estadísticas del partido, me di cuenta que jugué con jugadores como el “Titi” Santanafessa, mi técnico de ahora y al lado de Carlos Enrique Gonzaléz, que era una maravilla verlo, era un señor.

¿Practicaste algún otro deporte en Liniers?
No. Mi vida solo pasó por el fútbol. De chico, mi vida estaba en el Club La Armonía, mi viejo tenía la cantina. Yo iba de mi casa a la escuela, iba a Liniers a entrenar y de ahí a La Armonía. Ahí hice de todo. En esa época lo podía hacer porque no había tanta presión para entrenar como ahora. Antes no había pesas, era ir a entrenar, nos tiraban una pelota y nada más. Ahora en menores se trabaja la técnica, lo físico y la táctica para que el pibe cuando llegue a primera ya esté metido. Por eso hay tanta deserción. Los chicos que tienen 14, 15 años y ven que no tienen la posibilidad de ser titulares dejan de entrenar y dicen “para que voy a ir si no juego”. Hay que darle más diversión a los pibes, no ser tan profesionales. Salvo en Olimpo y Villa Mitre y ahora los equipos que estamos en el Argentino B, el resto es todo más amateur

Sin embargo se trabaja mucho con la técnica o táctica pero hoy en día se dice que en el fútbol hay poca técnica ¿por qué se da eso?
Porque es demasiado físico. Antes se notaba más la técnica porque se corría mucho menos. Un jugador hacía un pase de 30 metros y su compañero la recibía paradito, ahora el mismo pase se hace corriendo y el receptor igual. A eso hay que sumarle que el contrario te viene chocando, haciéndote foul, tratando de ganarte la posición. Al ser mucho más físico se nota menos la técnica pero hay jugadores que tienen muchísima técnica. Se trabaja en la semana, normalmente una o dos veces, para pegarle mejor a la pelota, se trabaja con los arqueros, el remate. Se trabaja todo pero se nota menos porque es mucho más físico.

¿Recordás algún gol que te hayas comido vos?
Hay muchos pero el que más me acuerdo fue en la cancha de Olimpo. Fue un centro de tiro libre de Mansilla (un zurdo que le pegaba muy bien), la pelota se iba abriendo, salgo del área chica a buscarla, me pega en la mano y se mete en el arco. Si yo la dejaba se iba afuera a cualquier lado pero fue gol. Siempre te hacen goles que como pueden ser.

¿Y algún partido en el que dijiste hoy la rompí?
También hay varios. El día que jugás bien te acordás siempre pero el que jugás mal o haces una macana te acordas pero no la contás. Hay varios partidos, quizás el que jugué contra Villa Mitre en el ’92, que nos termina ganando el campeonato por un punto. Ese año tuve muchos partidos buenos, incluso en la final atajé muy bien pero terminamos perdiendo 1-0.

A futuro, ¿se puede pensar en Liniers en Primera División de AFA y dejar de ser tanto el semillero de otros clubes?
Sí pero habría que ver, es muy difícil porque los torneos son muy competitivos, muy costosos. Nosotros estamos jugando el Argentino B y cuesta mucha. El año pasado, el club invirtió bastante para clasificar y hacer las cosas lo mejor posible pero quedamos afuera llegando primeros en la zona junto con otros equipos. No tuviste ni la fortuna de jugar con alguno mano a mano para definir y decir porque quedamos afuera. Acá, por un reglamento quedaste afuera, pasaron los mejores 16 equipos y nosotros en la tabla general estábamos octavos pero en la zona nuestra justo nos tocó quedar afuera. Entonces es muy difícil porque el club hace una inversión y si quedás afuera el próximo año va costando más que ahora.

¿Mirás mucho fútbol?
Sí pero no tanto como tendría que mirar. Estoy muy poco en casa. A la mañana trabajo en la Municipalidad y a la tarde estoy en club, entonces cuando vuelvo quiero desenchufarme y disfrutar de mis hijos y mi nieto. Me perdí muchas cosas de ellos por mi profesión. Quizás por eso no miro tanto fútbol. Sí miro los partidos importantes, la selección o algún partido de Independiente, cuando vamos bien (risas). Pero trato de mirar poco fútbol y disfrutar más de la familia.

En la Selección, desde tu visión de arquero, ¿está el uno?
No. De todos los que hay ahora me quedo con Abbondanzieri porque tiene una experiencia hecha. Carrizo atajó bien en la selección y en River pero también tuvo malos partidos. No tenemos un arquero indiscutido como en su momento fue Fillol. Desde que yo tengo uso de razón, Fillol fue el último gran arquero que tuvimos. Para dentro de unos años, el arquero que más me gusta, es Romero, el ex Racing.

Cuando parás la pelota y mirás para atrás, ¿que recordás después de tantos años en Liniers?
Quizás te vas acordar más de compartir esto con los que uno quiere. Creo que lo primero que voy a recordar es de mi familia, de mis viejos que siempre me apoyaron y nunca me pusieron palos en la rueda para ir al club, al igual que mi familia y mis hijos. Ellos siempre me apoyaron, van a la cancha y sufren como cualquier hincha.

¿Soñás algún broche de oro para tu carrera?
No. Siempre pienso que me gustaría retirarme saliendo campeón o ascendiendo a una categoría mayor. Cuando salimos campeones y subimos al Argentino B, quizás ese era el momento y dije no, si logré esto puedo lograr un poquito más. A la edad que tengo quiero disfrutar el día a día, cuando me canse, cuando me pase algo que no pueda jugar y tenga que decir basta, ese será el día y listo. Pero no me pongo a pensar como será el final ni me pongo una meta. Las cosas se siguen dando bien y sigo jugando, capaz dentro de quince días se me pianta el moño y digo no quiero jugar más. Ahora quiero seguir entrenando día a día y nada más

Por último ¿querés decirle algo en particular a la gente de Liniers?
Yo para Liniers lo único que tengo son palabras de agradecimiento porque siempre me trataron de la mejor manera. Siempre me dieron todo de la misma forma que yo les di todo, fue recíproco. Yo estoy muy agradecido por que se trata a mi y a mi familia, nos tienen muy bien. Les agradezco por abrirme las puertas para que estuviera ahí y pudiera trabajar y por seguir aguantándome todavía.

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