lunes, 15 de septiembre de 2008

EL ESPECIALISTA

En una fecha en la que brillaron por su ausencia los goleadores del fútbol argentino, merece un párrafo aparte Adrián González, la gran figura del fin de semana. El defensor de San Lorenzo marcó 2 golazos de tiro libre, le dio la victoria al Ciclón sobre Central y ubicó al equipo de Russo en lo más alto del Apertura, junto a Boca.

Hoy por hoy, donde es tan importante la pelota parada en el mundo del fútbol, tener un pateador como Adrián González en tu equipo, es un plus importante. El defensor de San Lorenzo es, sin duda, el mejor ejecutor de pelota parada de nuestro fútbol, un escalón encima, incluso, de Juan Román Riquelme. El ex defensor de Banfield y Chicago, marcó el sábado por la tarde dos tantos de tiro libre que le permitieron destrabar a San Lorenzo un durísimo partido con Central. Suma 7 en su carrera por esta vía y 21 en total. No poca cosa para un defensor, que, como si esto fuera poco, suma varios porotos a favor por su disciplina dentro y fuera de la cancha. Adrián González es un ejemplo de perseverancia, sacrificio y entrega. Debió dejar San Lorenzo varias veces para irse a préstamo a clubes de menor rango para poder jugar y, hoy en día, luego de varios años en Primera, es el Capitán del equipo de Boedo y referente máximo del plantel.

Con las igualdades de Boca, Tigre y San Martín de Tucumán, los goles del lateral derecho del Cuervo tomaron doble importancia. El equipo de Russo es ahora líder del torneo, con 10 unidades, junto a Boca y, por el nivel de juego que mostró el sábado y el excelente plantel con el que cuenta, el Ciclón es uno de los máximos candidatos a quedarse con el título. Fuera de la Sudamericana y sin ninguna otra competencia de importancia de acá a fin de año, San Lorenzo está obligado a pelear el torneo hasta el final, por su historia y su presente.

Adrián González, "El Especialista", se llevó todos los premios en la quinta fecha del Apertura. Fue la clave para quebrar la dura defensa rosarina e hizo delirar a todos los hinchas del Ciclón que ya se ilusionan con el título. Un jugador exquisito y pieza fundamental en el andamiaje defensivo y ofensivo de San Lorenzo. Mirando el nivel de la Selección, ¿es mucho soñar con la Celeste y Blanca?.

jueves, 11 de septiembre de 2008

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Sin palabras. No hay fútbol, no hay funcionamiento colectivo ni individual y, como si esto fuera poco, no hay suerte. El momento por el que atraviesa la Selección Nacional es uno de los peores de los últimos años. No se gana hace cinco encuentros (record negativo más importante de la historia), se juega mal y no se liga ni un poquito. ¿Qué más puede pasar?.

En la madrugada de hoy Argentina empató 1 a 1 con Perú, en Lima y quedó, con 12 puntos, a cinco del único líder Paraguay. El equipo de Basile jugó mal, creó muy pocas situaciones claras de gol y demostró mucha debilidad en defensa, justo cuando el partido se cerraba y los tres puntos venían para el país.

Pero lo más grave de la situación pasa por saber que le pasa tanto a Basile como a los jugadores. A Coco se le quemaron los papeles hace varios partidos y el "equipo de memoria" quedó en el recuerdo. No se sabe más quien juega ni con que dibujo táctico va a salir a jugar los partidos. ¿Dónde quedó el famoso 4-3-1-2?. Con Perú, el entrenador nacional salió a jugar con tres en el fondo (lo sacó injustamente a Heinze por el gol en contra con Paraguay) puso cuatro en el medio, un enganche (intocable para el técnico a pesar de su bajo rendimiento) y dos supuestos puntas (Messi no es un delantero neto), con Aguero muy aislado del resto del equipo. La Selección viene demostrando un nivel muy bajo en los últimos encuentros pero, por suerte para todos los argentinos, el nivel de las Eliminatorias Sudamericanas es tan malo que el equipo se meterá cómodamente en Sudáfrica 2010. No gana hace cinco partidos, no genera situaciones claras de gol y, las pocas que tiene, son con pelota parada. Marcó 3 tantos en los últimos 4 partidos, no gana en el Monumental desde la tercera fecha cuando derrotó 3-0 a Bolivia y lleva 3 sin ganar fuera de casa.

La actuación de ayer durará muy poco en la memoria de todos los argentinos. No fue un partido para recordar por mucho tiempo. O, mejor dicho, lo vamos a recordar mucho por lo mal que se jugó. Se jugó ante Perú, anteúltimo en las Eliminatorias y uno de las peores versiones de los últimos años. Salvo Gago y Carrizo, el resto jugó para 4 puntos y no llega a un aprobado ni por asomo.

Nadie pide que se vaya Basile ni la mayoría de los jugadores convocados, por que si cualquier argentino tomase la Selección y pudiese elegir 18 jugadores para enfrentar a la mayor potencia del mundo, habría una diferencia de dos o tres nombres propios. De lo que puede formar Coco, en nombres, es lo mejor que hay. Pero, ¿por qué no funcionan ni individual ni colectivamente?. Riquelme y Messi, los encargados de generar juego, están cada vez más lejos del nivel que demuestran domingo a domingo en sus clubes. Es inconcebible que en todos los encuentros las figuras sean Demichelis, Mascherano o Gago, futbolistas de alta jerarquía pero que están más para quitar que para generar fútbol.

La verdad que, partido a partido que va pasando, la Selección despierta cada vez menos interés en la gente. Hemos llegado al extremo de tener más ansiedad por ver a la versión chilena del gran Marcelo Bielsa, ultraofensiva por donde se la mire, que a la Celeste y Blanca.
Algo está mal y, antes de llegar a lugares donde no estamos acostumbrados a estar (pelear por un lugar en el Mundial), algo hay que cambiar y ya, para poder retomar el fútbol que tanto nos gusta a los argentinos y volver a "disfrutar" cada vez que la camiseta nacional sale a la cancha en cualquier parte del mundo. Esperemos que s haya tocado fondo y que, el mal funcionamiento del equipo y los malos resultados obtenidos, generen en cada uno de los integrantes del equipo ese orgullo y amor propio que caracterizan al futbolista de nuestro país en todos los rincones del planeta. Vamos Argentina.

domingo, 7 de septiembre de 2008

¿Y SI JUGAMOS CON DIEZ?

En la fría tarde de ayer, Argentina tuvo que sufrir demasiado para poder conseguir un punto frente a la dura Selección de Paraguay. Después de un primer tiempo para el olvido, en el que se terminó 1 a 0 abajo en el marcador y con un hombre menos por la expuylsión de Tévez, el equipo dirigido por Alfio Basile pudo revirtir la situación y empatar el encuentro, gracias al ingreso terrible de Sergio Aguero. El Kun marcó el tanto de la igualdad y se llevó todos los aplausos. Argentina lleva cuatro partidos sin poder ganar, con cuatro empates consecutivos, tres de ellos, sin poder marcar un sólo tanto. Así no.

Frío, lluvia y, por sobre todas las cosas, muy poco fútbol, fueron los condimentos principales de ayer por la tarde en el Monumental. Con un estadio casi repleto (se vendieron todas las entradas que salieron a las boleterías), Argentina jugó uno de los peores partidos en el Era Basile (junto con el de Ecuador) y tuvo que sufrir muchísimo para poder rescatar un empate frente a la compacta Selección de Paraguay, única líder de las Eliminatorias.

Ante más de 45 mil espectadores, la Selección siguió demostrando demasiadas falencias sobre todo en la creación de juego, pese a juntar a varios jugadores de buen pie, como Riquelme, Messi, Di María y Tévez. A pesar de haber presentado en cancha a la mayoría de los futbolistas que lograron la dorada en Beijing, esta versión nacional nada tuvo que ver con los players del Checho. En el peor primer tiempo de los últimos años, los dirigidos por Coco comenzaron bastante bien los minutos iniciales del encuentro pero, a los 12, se encontraron con la primer desgracia la tarde: Heinze calcula mal, marca un gol en contra y, como si esto fuera poco, Abbondanzieri sufre un corte profundo en la rodilla derecha producto del choque con Haedo Valdéz, queda lesionado y debe ser reemplazado por Juan Pablo Carrizo. 1 a 0 abajo y cambio de arquero. Y como para terminar de complicar la tarde, minutos más tarde, Carlos Tévez va al choque con el lateral Berón y ve merecidamente la roja por una fuerte plancha sobre la rodilla de su adversario. Segunda roja consecutiva del Apache (la anterior frente a Colombia). ¿Podía pasar algo más en apenas 30 minutos?.

Para estas alturas, en el Monumental lo único que se escuchaba era un silencio sepulcral. Los hinchas argentinos, entre asombrados y desilusionados con la actuación nacional, eran tapados por los simpatizantes paraguayos que se acercaron a la cancha de River.

Pero por suerte, pasaron esos minutos fatídicos y poco más pasó de ahí al final de la primera mitad, final nunca más esperado por Basile.

Las expectativas para el segundo tiempo no eran las mejores. En desventaja en el marcador, en inferioridad numérica y jugando muy mal al fútbol, justo contra Paraguay, único líder las eliminatorias y rival al que la Selección no puede vencer como local desde hace 35 años.

Pero, por suerte, todo fue distinto a lo que se pensaba. Y en eso mucho tuvieron que ver tres actores principales: Basile, el rival y Aguero. Coco, por que salió a jugar el segundo tiempo con un esquema táctico más ofensivo aún, a pesar de la inferioridad numérica, con la inclusión de Aguero por Heinze y del Cata Díaz por Di María y pasó a defender con tres en el fondo; Paraguay, por que, contrariamente a lo que se esperaba, teniendo en cuenta el marcador y la superioridad numérica en cancha, le dejó la iniciativa del juego a Argentina y espero de mitad de cancha para atrás; y, por último, un párrafo aparte para el Kun. El ex Independiente ingresó por Heinze, marcó el gol del empate (con una definición perfecta tras asistencia de Messi), aguantó todo lo que le tiraron y fue una pesadilla para la defensa rival. Aplausos para el delantero del Atlético Madrid que esta llamado a aparecer en los momentos más difíciles de Argentina, cuando el equipo más lo necesita, al igual que su enorme aparición goleadora frente a Brasil por la semi de los Juegos Olímpicos. El Kun la rompió y se llevó los únicos aplausos de la tarde.

Ahora es el turno de Perú, el miércoles por la noche en Lima. Argentina deberá mejorar -y mucho- no para poder clasificar a Sudáfrica, cosa que es un hecho por el bajo nivel de las Eliminatorias Sudamericanas, sino para darle una alegría a los hinchas argentinos y, por sobre todas las cosas, volver a jugar bien al fútbol, materia pendiente en los últimos encuentros de la Selección mayor.