jueves, 11 de septiembre de 2008

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Sin palabras. No hay fútbol, no hay funcionamiento colectivo ni individual y, como si esto fuera poco, no hay suerte. El momento por el que atraviesa la Selección Nacional es uno de los peores de los últimos años. No se gana hace cinco encuentros (record negativo más importante de la historia), se juega mal y no se liga ni un poquito. ¿Qué más puede pasar?.

En la madrugada de hoy Argentina empató 1 a 1 con Perú, en Lima y quedó, con 12 puntos, a cinco del único líder Paraguay. El equipo de Basile jugó mal, creó muy pocas situaciones claras de gol y demostró mucha debilidad en defensa, justo cuando el partido se cerraba y los tres puntos venían para el país.

Pero lo más grave de la situación pasa por saber que le pasa tanto a Basile como a los jugadores. A Coco se le quemaron los papeles hace varios partidos y el "equipo de memoria" quedó en el recuerdo. No se sabe más quien juega ni con que dibujo táctico va a salir a jugar los partidos. ¿Dónde quedó el famoso 4-3-1-2?. Con Perú, el entrenador nacional salió a jugar con tres en el fondo (lo sacó injustamente a Heinze por el gol en contra con Paraguay) puso cuatro en el medio, un enganche (intocable para el técnico a pesar de su bajo rendimiento) y dos supuestos puntas (Messi no es un delantero neto), con Aguero muy aislado del resto del equipo. La Selección viene demostrando un nivel muy bajo en los últimos encuentros pero, por suerte para todos los argentinos, el nivel de las Eliminatorias Sudamericanas es tan malo que el equipo se meterá cómodamente en Sudáfrica 2010. No gana hace cinco partidos, no genera situaciones claras de gol y, las pocas que tiene, son con pelota parada. Marcó 3 tantos en los últimos 4 partidos, no gana en el Monumental desde la tercera fecha cuando derrotó 3-0 a Bolivia y lleva 3 sin ganar fuera de casa.

La actuación de ayer durará muy poco en la memoria de todos los argentinos. No fue un partido para recordar por mucho tiempo. O, mejor dicho, lo vamos a recordar mucho por lo mal que se jugó. Se jugó ante Perú, anteúltimo en las Eliminatorias y uno de las peores versiones de los últimos años. Salvo Gago y Carrizo, el resto jugó para 4 puntos y no llega a un aprobado ni por asomo.

Nadie pide que se vaya Basile ni la mayoría de los jugadores convocados, por que si cualquier argentino tomase la Selección y pudiese elegir 18 jugadores para enfrentar a la mayor potencia del mundo, habría una diferencia de dos o tres nombres propios. De lo que puede formar Coco, en nombres, es lo mejor que hay. Pero, ¿por qué no funcionan ni individual ni colectivamente?. Riquelme y Messi, los encargados de generar juego, están cada vez más lejos del nivel que demuestran domingo a domingo en sus clubes. Es inconcebible que en todos los encuentros las figuras sean Demichelis, Mascherano o Gago, futbolistas de alta jerarquía pero que están más para quitar que para generar fútbol.

La verdad que, partido a partido que va pasando, la Selección despierta cada vez menos interés en la gente. Hemos llegado al extremo de tener más ansiedad por ver a la versión chilena del gran Marcelo Bielsa, ultraofensiva por donde se la mire, que a la Celeste y Blanca.
Algo está mal y, antes de llegar a lugares donde no estamos acostumbrados a estar (pelear por un lugar en el Mundial), algo hay que cambiar y ya, para poder retomar el fútbol que tanto nos gusta a los argentinos y volver a "disfrutar" cada vez que la camiseta nacional sale a la cancha en cualquier parte del mundo. Esperemos que s haya tocado fondo y que, el mal funcionamiento del equipo y los malos resultados obtenidos, generen en cada uno de los integrantes del equipo ese orgullo y amor propio que caracterizan al futbolista de nuestro país en todos los rincones del planeta. Vamos Argentina.

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