sábado, 29 de noviembre de 2008

ARGENTINA PERDIO EN LA CANCHA

Se perdió, simplemente, porque los españoles fueron superiores a nosotros, tanto en singles como en dobles. Feliciano López y Fernando Verdazco fueron más y el único que fue superior a los europeos fue Nalbandian, en la victoria con David Ferrer.
Los tres partidos posteriores a la victoria de David ante Ferrer el viernes, fueron muy parejos y ganó España. El dobles, que fue muy importante para definir la serie, fue durísimo y sí, Argentina ganaba el tercer set con aquella bolea de Nalbandian, hoy sería otra la historia. La serie tuvo una paridad muy grande y la balanza se inclinó para el lado de España.
En la derrota, mucho tuvo que ver el vestuario desunido y las peleas internas pero no fue el factor principal. La Copa se perdió en la cancha. Hay muchos ejemplos de equipos que han ganado cosas importantes sin una armonía absoluta entre sus integrantes.
La prensa argentina, en general es amarillista y las peleas y derrotas venden más que los éxitos. Si nuestra legión hubiese ganado la ensaladera, ya ni estaríamos hablando de la conquista. Sin embargo hoy, pasada la dura derrota, seguimos con el mismo tema. Somos amarillistas pero después cada uno tiene que hacerse cargo de las cosas que hace, tanto los jugadores como el capitán y los periodistas.
Los problemas internos en el equipo nacional venía de hace rato y eran conocidos en el ambiente. Nalbandian no se llevaba bien con sus compañeros y viceversa y siempre tuvo la misma relación con ellos. Su comportamiento es una consecuencia lógica de hacer siempre lo que él quiere. Es un tipo muy transgresor, en el mal sentido de la palabra, pero todos los defectos los tapa con triunfos. David tiene un talento enorme pero, como todo líder, tiene cosas negativas. Que haga de su vida lo que él quiera pero no cuando juega en equipo. La Copa se juega en equipo pero no olvidemos que cuatro de los cinco partidos que se juegan en una serie, se juegan individualmente.
Argentina dejó la chance más clara para ganar la Davis. A diferencia de las otras dos finales que jugó (Estados Unidos y Rusia, ambos de visitante), en esta era claro favorito. Era una serie muy ganable. Tenía la obligación de ganar, por la localía y por la ausencia de Nadal pero de ninguna manera se puede considerar como un fracaso. Yo no soy pesimista. No digo que no la vamos a ganar nunca más, porque eso nunca se sabe. Se puede ganar pero quizá haya que esperar 25 años para jugar de nuevo una final. En 75 años de Copa, Argentina llegó tres veces a la final o sea un promedio de una cada 25 años.
La era Mancini fue muy positiva. Se llegó a dos finales en pocos años y la derrota con España no significa un fracaso en su gestión como capitán argentino. Con respecto al futuro, no se quien puede ser el nuevo capitán pero el que venga, va a tener que cambiar varias cosas, sobre todo, mejorar la relación entre los jugadores nacionales. La elección, va a servir para aflojar tensiones.

*Alejandro Klappenbach. Conductor de Despertarte en TyC Sports y comentarista de la Copa Davis junto a Gonzalo Bonadeo.

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