lunes, 11 de agosto de 2008

SIN BRILLAR

Primero hay que saber sufrir, dice el estribillo del tango Naranjo en Flor. Y parece que, por lo ocurrido en las dos jornadas disputadas en los Juegos, Argentina cumple al pie de la letra lo escrito hace ya muchos años por el maestro Virgilio Expósito.

El equipo dirigidio por Sergio Batista, nuevamente como contra Costa de Marfil, tuvo que padecer demasiado para poder llevarse los tres puntos. Australia, un rival de tercera categoría a nivel mundial, complicó demasiado lo que a priori sería una victoria comoda de la Selección. Refugiados bien atrás, con un orden táctico bien marcado y apoyados principalmente en una defensa sólida, el conjunto oceánico aguantó su arco en cero hasta el minuto 77 de juego y puso nervioso a más de un argentino. Recién ahí, con el tanto logrado por el Pocho Lavezzi (de lo mejor del encuentro), tras una jugada colectiva de alto vuelo entre Riquelme, Di María, Messi y el delantero del Napoli, los dirigidos por el Checho pudieron respirar aliviados y, con la clasificación asegurada, manejaron la pelota de un lado para el otro, sin demasiados problemas.

Si hacemos un analisis detallado de los dos encuentros disputados por Argentina, podemos sacar varias conclusiones claras (megativas y positivas) como para tener en cuenta para poder atravesar el camino al oro sin demasiados incovenientes: 1) Solidez defensiva. Salvo algunos momentos de sobresaltos sufridos en pasajes del partido con Costa de Marfil, la Selección se mostró firme en la línea de fondo y, tanto Pareja en el debut, como Fazio ayer, cumplieron con creces en su rol de último hombre; 2) Dominio de pelota. En ambos choques, el Sub-23 manejó la pelota y tomó el rol protagónico del juego. Siempre intentó jugar el balón por abajo y tuvo vocación ofensiva en los 180 minutos de juego disputados; 3) Individualidades. Cuando no encontró el juego colectivo, Argentina superó momentos difíciles con algún destello de talento y calidad de alguna de sus principales figuras para poder abrir el partido. Fue Messi, con un gol y una asistencia en el debut y Lavezzi, con entrega y sacrificio, ayer con Australia; 4) Juego previsible y lento. Por momentos, principalmente cuando no encuentra la manera de penetrar la defensa rival, el equipo sufre la ausencia de ideas y su juego se torna aburrido. Demasiados pases hacia los costados y poca verticalidad en las acciones, excepto cuando la pelota pasa por los pies de Messi; 5) Pocas opciones de gol. A pesar de que convirtió tres tantos en dos partidos, el equipo no logra llegar con claridad al arco rival y siente la ausencia de un nueve de área. Aguero, el más centrodelantero de los atacantes, todavía no apareció en los Juegos y, salvo algun destello, ha sido absorbido por las defensas de Costa de Marfil y Australia.

La Selección ganó en sus dos presentaciones, se metió entre los mejores ocho del certamen pero aun no convenció con su juego. El equipo de Batista tiene un potencial increíble para dar (el mejor del torneo) y, si quiere continuar en carrera para la defensa del oro, deberá mejorar -y mucho- para repetir el título logrado en Atenas.

1 comentario:

Martín Castañeira dijo...

gracias martín por tus comentarios están superbuenos todos los días te sigo a muerte cariños MALI